domingo, 7 de octubre de 2007

Cree en la magia que llevamos dentro.

Cree en la magia que llevamos dentro.

Faltaba poco para la medianoche. Un niño estaba sentado a solas en su cuarto, en una ventana que daba a toda una maravillosa vista de la luna llena que salía tras la cordilla, y el negro cielo que la cubría como un manto de terciopelo adornados por un par de pequeñas estrellas tintineantes.

Siendo ya las 4:30 de la madrugada, faltando poco para que el despertador de la casa sonase, y toda la familia despertase, francisco volvió a su cama para poder entrar en un mundo que es completamente suyo, un mundo en que quizás podría estar volando por aquel aterciopelado cielo o disfrutando de lo mas anhela en este mundo…

Francisco creía conocerse, pero se equivocaba… no sabia todo lo nuevo que le esperaba a la otra noche, todos los secretos que se desencadenarían, todas las aventuras que se le aproximaban, todo lo que aprendería y conocería.

La familia montañesa Garrocho. Era la familia de francisco, estando la familia sentada desayunando para así comenzar un nuevo día francisco dice:

-Padre ¿Qué harás hoy?

-creo que nada que te importe… solo preocúpate lo que haces tu – continuo el padre- ya es hora que comiences a hacer las cosas del hogar - tomó su tostada, su abrigo y salio de la casa, dirección a su trabajo.

Quedando francisco solo en casa, triste, ya que, su padre lo trababa como un simple empleado, comenzó a ordenar la casa y hacer su rutina diaria.

Al lavar la loza francisco mira por la ventana y ve que hay muchos niños de su edad jugando en el pasaje donde el vivía. Deseando estar allí comenzó a llorar, al levantar la cabeza vio que todo aquel ruido, todas aquellas risas, todos aquellos niños habían desaparecido… intrigado francisco corrió a la puerta principal para salir a ver que ocurría, al momento de abrir la puerta se hallo a un anciano parado frente a el, impresionado quedo mirándolo fijamente unos instantes, hasta que el anciano rompió el silencio diciendo.

-que tal francisco - con una sonrisa continuo- por lo visto no esperabas mi llegada, pero tu corazón dice que la noticia que mas deseas la traigo para ti.

- ¿que dijo usted?- pregunta francisco tartamudeando, continuo- ¿como sabe quien soy? ¿Como sabe lo que deseo? ¿Quien es usted?

- todo eso tiene respuesta pequeño, pero este no es el mejor lugar para conversar, ¿podría yo entrar?- pregunto haciendo señas con sus manos.

- claro- dijo inseguro francisco

Al entrar a un pequeño cuarto el anciano tomo asiento y dijo.

- ¿francisco crees en la magia?

-¿perdón?- preguntó con cara de haber estado escuchado mal.

- francisco, yo se que no necesitas que te repita la pregunta, tu corazón esta gritando la respuesta.

Francisco dirige la mirada aquel anciano que lo miraba fijamente, cuando sin darse cuenta en su interior escucho la respuesta que hace tanto tiempo quería revelar.

-si, creo en la magia.

Al escuchar esta respuesta el anciano mostró en su rostro una pequeña sonrisa de satisfacción y dijo.

-entonces si crees en la magia… ¿Por qué tardaste tanto en decirlo? ¿Te avergüenza?

-no, no me avergüenza decir que creo en la magia tan solo que…- cerro los ojos, tomo aire y continuo- ¿cuando has visto que jóvenes como yo, de 13 años, en una soledad máxima, hundidos en depresión y falta de cariño no crean en la magia? O crees que es muy fácil estar solo y no tener a alguien a quien poder contarle lo que me pasa?, no tener un amigo que me escuche o me preste su hombro para poder llorar cuando lo necesite?, no tener con quien reír, con quien hablar de la vida, alguien que me escuche y me de la posibilidad de escucharlo y ayudar a sus problemas tal como el podría ayudarme…

¡No!, no tienes idea de lo difícil que es y decir ¡SI! Creo en la magia, creo en aquello que algún día me dará la felicidad…- terminando con esa palabra, francisco largo a llorar, pidiendo disculpas al anciano que lo miraba con compasión- por favor, disculpe, se que solo me hizo una pregunta, pero no acostumbro a tener compañía por el día…

-no te preocupes francisco - era eso lo que quería escuchar- dijo el anciano mirando a francisco nuevamente con una sonrisa- veras, todos los días paso por aquí y veo a todos estos jóvenes perdiendo el tiempo en juegos brutos, que fomentan las peleas, las luchas, he visto como miguel- vecino de la misma edad que francisco - insulta y maltrata a aquella pequeña hija de su niñera, tan solo por ser morena, he visto lo que esta ocurriendo en este mundo, francisco y como todos los niños están entrando en esta desgracia, pero también te he observado a ti y como eres uno de esas pocas personas que se obtienen y luchan por estar en un mejor sitio, agradece que no eres uno de ellos, pues su vida ya tiene un destino marcado, un destino de servicio al hombre, de servicio a un futuro, o mejor dicho una condena a ellos mismos. En cambio tu francisco, tiene un mundo nuevo, un mundo que nadie conoce, solo tu, un mundo privado que tienes en tu corazón es por esa razón que he venido…

-¿has venido a decirme que soy especial por el hecho de vivir infelizmente con un padre que no me quiere y en la profunda soledad de esta casa?- dijo francisco - créeme que no te entiendo como puedo ser afortunado al vivir así.

-claro que lo eres… o que no entiendes lo que te estoy diciendo… - el anciano saco de su bolsillo una cajita con pequeñas palabras escribas en un idioma extraño- toma, creo que esto te pertenece ahora a ti.

- ¿y que es esto?-pregunta mientras la acepta y la examina.

- eso que tienes en tu mano, es lo que te llevara aquel mundo que hasta ahora solo tienes en tu mente, que lo tienes visualizado pero que no has podido experimentar en carne y hueso…, te diré, cuando era pequeño igual que tu, un hombre de avanzada edad toco mi puerta y me dijo exactamente lo mismo que te estoy diciendo yo a ti… mi familia, especialmente mi madre, tenia las mismas actitudes que tu padre contigo, me sentía igual que tu, por eso cree un mundo personal que solo yo podía entrar, ahora este tesoro esta en tus manos…

- ¿Cómo esta cosita me va a llevar a otra parte? Es solo un trozo de madera.

- no digas eso - dijo el anciano mientras caminaba hacia la salida- a tu edad y una persona como tu, lo ultimo que tienen que hacer es dejar de creer en la magia, cuando hayas descubierto su función… podrías contarme, vivo un par de casas mas allá- fueron esas las ultimas palabras del anciano antes de cubrirse con una capa negra, una bufanda y dirigirse hacia su casa…

Esa misma noche, francisco y su padre se encontraban cenando silenciosamente hasta que repentinamente el padre le da un golpe, dejando a francisco tirado en el suelo…

-¿Por qué me pegaste? ¿Que hice ahora?

- crees que es normal que niños como tu dejen entrar a descocidos así de la nada a nuestra casa, que pasa si hubiese sido un ladrón ¡IDIOTA! ¡Piensa antes de actuar! O ¿crees que para mi es muy fácil ganarme el dinero para mantener este hogar?...- gritaba el padre colorado por la rabia que tenia.

-¡tu no conoces a nadie de aquí tu nunca estas conmigo!, ¡ni siquiera sabes quienes son nuestros vecinos a pesar que llegamos a vivir el día que murió mi madre! ¡Por que no te pones en mi lugar! Estar solo todo el día… no sabes nada, a veces desearía que mi mamá siguiera viva!- diciendo esto se puso de pie y corrió a su cuarto el cual cerro con llave.

Estando tendido en su cama llorando, levando la vista hacia el reloj donde vio que eran las 8:43, luego dirigió la vista hacia la ventana donde todas las noches contemplaba aquel aterciopelado cielo, y diviso la cajita que aquel anciano le había dado, aun llorando se levanto, la tomo y comenzó a examinarla…

Cuando ya habían pasado un par de minutos, francisco se dio por vencido, de su rostro cayo la ultima lagrima, la cual tubo fin en la pequeña caja que viajaba por los aires, la cual dio bote en la pared cayendo de seco al suelo…

Francisco, luego de ver lo que había hecho corrió a recogerla, en aquel momento, la cajita comenzó a brillas y las letras que antes eran ilegibles, ahora pudo ver que decía:

No importa La edad, no importa tu situación, la magia te acompaña.

Eran esas las palabras que rodeaban la caja, luego de eso en un mágico abrir y cerrar de ojos, francisco se encontraba en un mundo distinto, en aquel mundo en que los niños eran libres y el podía ser parte del grupo, podía jugar y reír, aquel mundo privado que el mismo había creado. Estando a lo lejos diviso una figura que le era conocida, una figura que se acercaba lentamente a el, era su madre en ese momento francisco tomo la gran decisión de no ser parte de la masa de niños sin futuro, si no de ser parte de su mundo propio, de su mundo privado. Luego de correr a abrazar a su madre francisco se largo a llorar y comenzó a decir.

- madre… te extraño tanto. ¿Por qué me dejaste?

- nunca te deje mi pequeño, sabia que no serias parte de la masa, y que tu pequeño corazón seria rico en magia y sueños, y es ahora donde compruebo lo que digo, gracias la magia de esa cajita y a tus sueños hemos podido volver a estar juntos y sin que nadie nos separe- dice la madre abrasando a su hijo.

- Madre te quiero mucho, y ahora no me importa lo que los demás me digan cuando diga que creo en la magia, no me importa como me miren, ellos se pierden la posibilidad de estar en un mundo tan propio como este. Estar cumpliendo los sueños mas profundo, cumpliendo todo aquello que soñábamos en nuestras mentes. Es ahora donde cumpliré lo que mas he querido, volar a tu lado por aquel aterciopelado cielo que cubre aquel mundo lleno de impurezas- francisco cierra los ojos, al abrirlos se encuentra volando por aquel cielo con su madre, aquella persona que mas amó, aquella persona que le dio la vida y la posibilidad de creer en la magia a pesar de la edad.

-hijo- dice la madre- es hora que vuelvas al muerdo real.

-pero madre- dice francisco - quiero estar contigo para siempre.

- y lo estarás siempre y cuando lleves contigo tu mundo portátil.

- créeme que así será- al terminar esta frase francisco cierra sus ojos y piensa en aquel mundo al cual no quería pertenecer, y al abrirlos se da cuenta que es allí donde el se encuentra.

Al reaccionar después de haber vivido todo aquello vio su reloj y se dio cuenta que solo habían pasado unos minutos pues ya eran las 9:00. Sorprendido, toma su abrigo y corre rápidamente a la puerta de salida, sale corriendo en dirección a la casa del anciano, desesperadamente golpeo la puerta, luego de un momento una ancianita abrió la puerta y llorando dijo.

-¿Quién eres pequeño que molesta a esta viuda?

- perdón señora, pero busco al señor de la casa…

- ¿Qué no escuchas lo que te dije?, acabo de convertirme en viuda, el señor de la casa ha muerto hace 15 minutos atrás pequeño- al terminar de decir esto largo a llorar desesperadamente-

-perdón, no sabe cuento lo siento, el me visito hoy día y yo pensé que…- sin terminar de decir lo que quería, la anciana lo interrumpió diciendo-

- Tu eres francisco… ¿verdad?

-si, soy yo.

- pequeño, disculpa a esta ancianita, pero mi esposo ha dejado un mensaje para ti- dijo la anciana entregándole un pedazo de pergamino.

Misión cumplida francisco, creo que ya aprendiste a usar este pequeño artefacto que cumplirá tus sueños, ahora ya puedo descansar en paz por que ahora tienes tu la misión de enseñar a los demás jóvenes, a no dejar de creer en aquello que es tan hermoso…

La magia de ser niños por siempre.

Luego de eso ocurrió algo especial, algo que hizo que francisco volviera al mundo real, pero con una sensación de felicidad máxima, ya que, antes de volver, alcanzó a decirle a su madre lo mucho que la amaba.

Al reaccionar después de haber vivido todo aquello vio su reloj y se dio cuenta que solo habían pasado unos minutos pues ya eran las 9:00. Sorprendido, toma su abrigo y corre rápidamente a la puerta de salida, sale corriendo en dirección a la casa del anciano, desesperadamente golpeo la puerta, luego de un momento una ancianita abrió la puerta y llorando dijo.

-¿Quién eres pequeño que molesta a esta viuda?

- perdón señora, pero busco al señor de la casa…

- ¿Qué no escuchas lo que te dije?, acabo de convertirme en viuda, el señor de la casa ha muerto hace 15 minutos atrás pequeño- al terminar de decir esto largo a llorar desesperadamente-

-perdón, no sabe cuento lo siento, el me visito hoy día y yo pensé que…- sin terminar de decir lo que quería, la anciana lo interrumpió diciendo-

- Tu eres francisco… ¿verdad?

-si, soy yo.

- pequeño, disculpa a esta ancianita, pero mi esposo ha dejado un mensaje para ti- dijo la anciana entregándole un pedazo de pergamino.

Misión cumplida francisco, creo que ya aprendiste a usar este pequeño artefacto que cumplirá tus sueños, ahora ya puedo descansar en paz por que ahora tienes tu la misión de enseñar a los demás jóvenes, a no dejar de creer en aquello que es tan hermoso…

La magia de ser niños por siempre.

No hay comentarios: